Pues no precisamente, según Business Insider y Robert Wynne, no está al alcance de cualquiera difundir con éxito fake news y, mucho menos, conseguir los objetivos deseados.
Tomando como referencia los esfuerzos de Rusia para sembrar discordia y polarizar al electorado estadounidense en 2016, persuadiendo a los votantes a simpatizar con el candidato Donald Trump, concluyen que este tipo de campañas resultan muy arduas y muy costosas. Se requiere planificación, millones de dólares y meses, si no años, con cientos de expertos en tecnología a tiempo completo publicando las 24 horas del día.
• Crearon eventos de Facebook convocando a protestas y manifestaciones en varios estados. Grupos de Facebook vinculados a Rusia como Heart of Texas y Secured Borders intentaron organizar manifestaciones antiinmigrantes en Texas e Idaho en los meses previos a las elecciones. Otro grupo, Being Patriotic, organizó flash mobs pro-Donald Trump en Florida durante agosto de 2016, según The Daily Beast.
• Compraron anuncios que promocionaban también a candidatos externos y explotaban las tensiones raciales. Los anuncios impulsaron a Trump, la candidata del Partido Verde Jill Stein y al candidato demócrata Bernie Sanders y, al menos, un anuncio
centrado en el movimiento Black Lives Matter. También se creó un grupo falso de una organización musulmana con sede en California para impulsar historias falsas sobre Hillary Clinton, la candidata demócrata que era la verdadera oponente de Trump en las elecciones.
• Crearon cuentas para viralizar correos electrónicos robados del Comité Nacional Demócrata. Según informó The Washington Post, los componentes del grupo de hackers vinculados al GRU crearon las cuentas DCLeaks y Guccifer 2.0 en junio de 2016 para ayudar a difundir los correos electrónicos robados a fines de 2015.
Obviamente, no está al alcance de cualquier actor político, social o corporativo realizar campañas tan costosas y planificadas.
Ni las ideas y opiniones de cualquiera son especiales, ni, aunque lo fuesen y resultasen beneficiosas para el interés general, podrían mover fácilmente a una masa con peso crítico suficiente hacia la dirección apuntada. No todos disponen de los medios necesarios para ser decisivamente influyentes y virales en Redes Sociales. Tampoco cabe esperar la colaboración altruista de influencers que vengan a ayudarte promoviendo tu causa.
No son simples, unívocas ni baratas las operaciones de desinformación que culminan con Brexit, elección de candidatos capturados, contrarios al interés del Estado y el de los ciudadanos u otros estropicios similares.