¿Qué es la web 5.0?

Internet consiste en una inmensa red de ordenadores y dispositivos conectados entre sí a través de tres protocolos fundamentales: HTML, URL y HTTP. La World Wide Web («www» o «web» para abreviar) consiste en un conjunto de páginas web ubicadas dentro de esta red de ordenadores.

La web 5.0

CONTENIDOS

La web 5.0, también conocida como la web emotivo – sensorial, nos plantea el reto (a empresas, organizaciones y asesores en marketing y comunicación) de adaptar las interacciones en nuestro espacio virtual con el fin de crear experiencias ricas y emocionalmente significativas para los usuarios y en consonancia con nuestros objetivos. El comercio electrónico tendrá que adaptarse aún más a las comunicaciones personalizadas y en tiempo real con los usuarios, no solamente en el canal y momento adecuados sino también en el estado emocional del usuario que le haga susceptible a una mayor receptividad de nuestras propuestas. Aunque éste enfoque no es nuevo en marketing, su uso tenderá a hacerse más generalizado.

Por descontado, la web 5.0 también planteará nuevas exigencias a los publicistas. La publicidad está cada vez más orientada al nivel de activación del usuario y a su sensibilidad a la información que deseamos hacerle llegar. De modo similar a las anteriores transiciones en el entorno web, la web sensorial-emotiva tiene el potencial de cambiar la www de un entorno ruidoso a un lugar más rico en interacciones reflexivas, constructivas y amables. También puede convertirse en un espacio de manipulación y perturbación para los individuos y de ataque mediante operaciones encubiertas, guerra psicológica y desinformación contra las sociedades democráticas. Somos nosotros los que decidimos cómo usar las herramientas y en qué lado queremos estar.

Pero antes de seguir profundizando en el análisis de la web 5.0, haremos un repaso de las anteriores “capas” de la www.

Web 1.0

La primera Internet era un medio limitado. Se trataba fundamentalmente de un entorno de publicación de documentos hipertextuales que, además, incluía objetos multimedia. La integración de la infraestructura de la www a las bases de datos y la capacidad de crear dinámicamente páginas web permitieron que se convirtiera también en una eficaz herramienta para el comercio. Yahoo, Lycos y Google desarrollaron funciones de búsqueda y portales de información. Otras empresas como Amazon y eBay hicieron posible el comercio electrónico, la venta de bienes y servicios en Internet. Aquí ya se incluye carritos de compra en línea o la navegación en catálogos online (por ejemplo, en la web de una librería). En este primer periodo o capa, todas las grandes empresas tuvieron que desarrollar una estrategia de www para publicar información corporativa, comunicarse con los distintos interlocutores y mejorar las publicaciones y comunicaciones internas. Los directivos también tuvieron que determinar el papel de la WWW como canal para los clientes y seleccionar las estrategias de venta directa o intermediada. Estos cambios obligaron a las empresas a replantear sus propuestas de valor a los clientes en términos de contenido y canales.

Web 2.0

Si continuamos con el ejemplo de la librería, esta capa también ofrece a los usuarios la posibilidad de reseñar libros en línea (por ejemplo, mediante la posibilidad de dar «me gusta», compartir o comentar las entradas de los libros en los catálogos en línea).

La cuestión estratégica central de esta época (o segunda capa de la www) planteó a los gestores cómo transformar los modelos de negocio para aprovechar el valor de los contenidos generados por los usuarios y aprovechar la » long tail” para obtener beneficios mayores al ampliar el impacto de las contribuciones individuales. A medida que los usuarios colaboran, comparten información y aumentan su poder de negociación, una mayor transparencia también crea nuevos retos en la gestión. Los usuarios pueden negociar mejores precios, utilizar subastas inversas y crear movimientos sociales para presionar a los directivos de empresas y organizaciones. La Web 2.0 presagia la presupone la necesidad de gestionar mercados transparentes.

Web 3.0

Siguiendo con el ejemplo de nuestra librería, la capa 3.0 mejora nuestra web recomendando automáticamente los libros que podrían gustar a un usuario determinado, basándose en las búsquedas anteriores y en las preferencias de ese usuario en particular, así como en las reseñas de otros usuarios con un perfil similar.

La web 3.0 se denomina web semántica (también web inteligente o smart) porque permite realizar búsquedas contextuales y personalizadas al dar significado a las palabras en respuesta a la sobrecarga de información característica de los motores de búsqueda.

Para las empresas, la web semántica exige una mayor atención a la analítica y a la utilización de la computación para generar conocimientos específicos a partir de los datos producidos por las propias empresas y los usuarios. La inversión en capacidades analíticas permitirá aprovechar los datos y la información para obtener ventajas competitivas. A medida que aumenta la transparencia, las empresas tendrán que concentrar más energías en la comunicación y la construcción de confianza con las múltiples instancias involucradas en un entorno altamente competitivo y lleno de ruido.

Concretamente, las aplicaciones de la Web 3.0 son capaces de contextualizar los datos para entender qué es relevante para un determinado usuario y qué no. Esto puede realizarse mediante la integración de datos (entre páginas web y publicaciones de medios sociales), que estructura los datos mediante etiquetas. Por ejemplo, si sigues a alguien en Instagram™, entonces ese enlace o relación puede considerarse un dato. Del mismo modo, si etiquetas la foto de alguien, el nombre de esa etiqueta también es un dato. Al integrar todos los datos disponibles sobre un usuario individual de Internet, los motores de búsqueda semántica llegan a ser capaces de realizar recomendaciones (por ejemplo, libros) que podrían ser de especial interés para el usuario. Por ejemplo, si buscas libros sobre el tema «jaguar», un motor de búsqueda semántica sabe si buscas un coche o un animal (por ejemplo, basándose en tus intereses o publicaciones en las herramientas de las redes sociales, tus conexiones en las redes sociales, búsquedas anteriores, etc.).

La web semántica combina la inteligencia humana y la artificial, cada vez más abundante, para hacer que la información sea más rica, relevante, oportuna y accesible. A medida que la computación en red y en la nube se imponen, y existen procesadores más potentes y más recursos disponibles para las aplicaciones de aprendizaje automático intensivo, el machine learning puede aplicarse más fácilmente a los datos de la www para extraer dinámicamente información útil.

Web 4.0

De la Web 1.0 a la 3.0, la mayor parte de la información procesada son contenidos generados directamente por los usuarios y procesados por una creciente capacidad informática. La proliferación de las comunicaciones inalámbricas permite hoy otra gran transición: la capacidad de conectar personas y objetos en cualquier momento y lugar del mundo físico y virtual. La incorporación generalizada de objetos a Internet proporciona otro nivel de contenidos generados por el usuario y capacidades analíticas. Por ejemplo, acudir a la oficina en un coche que conoce la ubicación actual y su destino gracias al sistema GPS. Al analizar la información de múltiples vehículos enviada a una nube de ordenadores a través de servicios inalámbricos, el sistema GPS del automóvil puede sugerir mejoras en la ruta analizando los patrones de tráfico en tiempo real. Esto ayuda a los viajeros a evitar los atascos, ahorrar combustible y aumentar la eficiencia energética. Del mismo modo, cada vez más gadgets se utilizan para vigilar silenciosamente la salud o la seguridad de los inmuebles. La información de los objetos (IoT, internet de las cosas) se procesa a distancia para sugerir intervenciones que mejoren la seguridad en tiempo real. La información se envía a una nube, se analiza, se filtra y se responde según sea necesario.

La también conocida como web simbiótica va un paso más allá al ser capaz de recomendarnos proactivamente (en el caso de nuestra librería) nuevos tipos de libros, incluso antes de que hayamos buscado esa clase de libro. La web 4.0 también es capaz de ponernos en contacto con otros usuarios con un perfil similar y, por tanto, con intereses parecidos. Además, puede aportar noticias sobre los autores o libros favoritos, por ejemplo, cuando se les otorga un premio literario o cuando aparecen en un feed de noticias. La web simbiótica está interconectada con los usuarios de forma similar a como las personas comunican entre sí. Por ejemplo, como asistente personal inteligente, una aplicación de la Web 4.0 en un dispositivo electrónico reconocerá a la persona que está delante de la máquina y podrá decir «buenos días» ( en función de la zona horaria), «ponte un abrigo porque hoy va a llover» (en base a la ubicación geográfica de la persona y la previsión meteorológica), «tu vuelo de hoy se ha cancelado» (según la agenda personal, los detalles del vuelo y el horario de la compañía aérea), «tienes que salir ahora para llegar a tiempo a tu próxima reunión» (según la agenda, la ubicación y la información sobre el tráfico), etc. Los asistentes personales o virtuales pueden considerarse una parte de la llamada Internet de las Cosas (IoT), una red de objetos conectados (dispositivos, sistemas, servicios). Por ejemplo, basándose en la ubicación de una persona, un smartphone puede saber cuándo el propietario del mismo sale de casa, avisarle cuando los electrodomésticos (por ejemplo, la calefacción o el televisor) siguen encendidos y ofrecerle un mando a distancia para apagarlos. Así pues, la Web 4.0 construye una relación simbiótica entre el internauta e Internet al depender el uno del otro por igual. Esta evolución está vinculada a una cuarta revolución industrial en la década de 2020 (también llamada Industria 4.0), y que reconoce la adopción de tecnologías emergentes que ayudan a avanzar a los medios sociales (IA, robótica, blockchain, realidad virtual y realidad aumentada).

Web 5.0

En su mayor parte, la web es un entorno emocionalmente plano salvo en algunas plataformas sociales que puedan ser capaces de calcular una probabilidad de un estado emocional determinado en base a datos previos de interacción y navegación del usuario. Por supuesto, un blog polémico o un vídeo de YouTube puede suscitar la ira, el entusiasmo o la carcajada, pero la Internet no es un espacio que responda emocionalmente en tiempo real. No conoce directamente nuestro estado emocional ni nuestra receptividad a una información concreta (salvo a través de los cálculos estadísticos anteriormente mencionados). La falta de conciencia emocional limita el potencial de la web. Al fin y al cabo, las personas son seres que «sienten» además de «pensar» y, como han demostrado los economistas del comportamiento, no siempre piensan o se comportan de forma racional sino, más bien, todo lo contrario.

Podemos afirmar que la web 5.0 está naciendo ya o, siendo más conservadores, tardará poco en alumbrar. Gracias a la Inteligencia Artificial y el Machine Learning, la interacción del ser humano con la Internet será más “telepática”, con microchips implantados (por ejemplo, en el cerebro o la mano) o unos auriculares que permitan a algún dispositivo conectado entender y responder a los pensamientos y sentimientos humanos. Por ejemplo, en la librería online de nuestro ejemplo, cuando pienses en un libro concreto que te gustaría leer, se abriría la página web con esta información. También se aconsejarían ciertos tipos de libros en función de cómo te sientas. También las webs ofrecerán una experiencia más individualizada adaptando sus colores, contenidos o detalles en función de las emociones del usuario. Esta evolución responde al hecho de que los niveles de inteligencia artificial aumentan, haciendo que podamos mantener conversaciones más complejas con los dispositivos inteligentes (es decir, incluyendo interpretaciones cognitivas y emocionales).

En resumen, el auge de los asistentes virtuales que predicen nuestras necesidades a partir de nuestro comportamiento, sin necesidad de recurrir a demasiados indicios, es un anticipo de la web inteligente que está por llegar. La web 5.0 contará con aplicaciones capaces de interpretar la información a niveles más complejos, tanto emocional como lógicamente. Es la web que actúa en verdadera simbiosis con la vida cotidiana, sin necesidad de planteárselo, entrelazada orgánicamente con lo que hacemos. La Inteligencia Artificial permite que los ordenadores se comuniquen como un ser humano y el uso generalizado de la tecnología que les permita pensar, razonar y responder por sí mismos, de forma humana, está a la vuelta de la esquina.