Toda historia coherente tiene ocho componentes esenciales ensamblados en ocho etapas que abarcan todo el proceso creativo de principio a fin. De la misma manera que la música clásica divide las actuaciones en movimientos a través del tiempo, la vida de una historia bien contada puede dividirse en ocho etapas de preparación creativa y cambio dinámico. El éxito de cada etapa dependerá de la ejecución de su principio definitorio.

ETAPA UNO.

Audiencia objetivo.

Principio fundamental: efecto emocional significativo.

Antes de componer la historia, es necesaria una visión clara del público al que va dirigida y el efecto final que tendrá tanto a nivel analítico como emocional.

ETAPA DOS

Asunto.

Principio fundamental: equilibrio.

Una historia tiene lugar en un momento específico en un mundo físico y social determinado. Cuando comienza el relato, la vida del PROTAGONISTA está anclada en un valor central que descansa en un estado de equilibrio. Pueden sucederle pequeños acontecimientos, positivos o negativos, de baja intensidad pero con un efecto agregado próximo a la neutralidad.

ETAPA TRES

Incidente desencadenante.

Principio fundamental: desequilibrio

El desencadenante es un acontecimiento imprevisto que inicia la dinámica histórica alterando el equilibrio de la vida del protagonista. La carga neutra de su valor fundamental torna altamente positiva o negativa. Así, este cambio radical somete a presión al personaje.

ETAPA CUATRO

El objeto del deseo.

Principio fundamental: necesidad insatisfecha.

Cuando el protagonista percibe que el incidente desencadenante ha desequilibrado su situación, tenderá a desear volver a encontrar un estado de equilibrio. Para ello, concibe un objeto de deseo. Este componente esencial de todas las historias se define como aquello que el personaje central siente que debe obtener para reequilibrar su vida.

ETAPA CINCO

La primera acción.

Principio fundamental: elección táctica.

Para reequilibrar su vida, el personaje central emprende una acción táctica diseñada para causar una reacción positiva y habilitadora de su mundo que le permitirá hacer realidad su objeto de deseo o, al menos, acercarsea él.

ETAPA SEIS

La primera reacción.

Principio fundamental: la vulneración de las expectativas.

La realidad, de repente malogra las expectativas del personaje central. En lugar de provocar una reacción positiva en su mundo, el protagonista encuentra que fuerzas antagónicas muy diferentes y más poderosas de lo que él creía se confabulan para bloquear sus esfuerzos. Se abre una brecha entre lo que subjetivamente creyó que sucedería y lo que objetivamente sucede. Esta reacción imprevista lo aleja aún más de su objetivo.

ETAPA SIETE

La respuesta a la crisis.

Principio fundamental: la perspicacia (insight)

Ahora, en un peligro aún mayor, el protagonista se enfrenta a perder en lugar de ganar su objeto de deseo. Así que aprende de la primera reacción, y con esta agudeza renueva sus esfuerzos y elige una segunda acción que es más difícil, más arriesgada que la primera, pero que espera provoque una reacción positiva que finalmente satisfaga su expectativa.

ETAPA OCHO

Reacción climácica

Principio fundamental: cierre

En una historia condensada, la segunda acción del protagonista provoca una reacción climácica que responde a sus expectativas y le otorga su objeto de deseo. Este clímax restaura el equilibrio de la vida del personaje central y termina la historia.