Estrategias de desinformación. Esquema.

Estrategias de desinformación, apuntes

Hablamos de estrategias de desinformación para referirnos a la difusión planificada y coordinada de información o noticias que son deliberadamente falsas para manipular y engañar a la gente.

Para Daphna Oyserman y Andrew Dawson, la «desinformación» es una modalidad de contenido de los mensajes que comparten remitentes sin la intención de informar sino la de moldear el juicio y la toma de decisiones de los destinatarios, independientemente del contenido probado de los mensajes que envían. La veracidad y el sesgo son irrelevantes en los mensajes de desinformación, no importa si el contenido es verdadero o imparcial; sólo importa si se produce la respuesta prevista en el receptor.

Tabla de contenidos

Los desinformadores no necesariamente quieren que les creas, pretenden que no creas en nada ni en nadie.

Las campañas de desinformación y fake news se han convertido en un gran problema para la sociedad mundial. Socavan los cimientos de las democracias porque estas dependen del libre flujo de información confiable y veraz. Es con información como las personas, las empresas y las Administraciones Públicas toman sus decisiones. La desinformación amenaza la integridad y adecuación de esas decisiones.

La desinformación contemporánea es más cuantitativa que cualitativa. La mayoría de las historias falsas compartidas en los medios de comunicación social son rudimentarias, y en algunos casos tan inverosímiles que las autoridades son reacias incluso a abordarlas. Sin embargo, estas historias pueden tener efectos de nivel estratégico en la Esfera Pública.

Las Redes Sociales ofrecen niveles de sofisticación sin precedentes a los actores malintencionados que pretenden influir en una conversación política mediante el uso de información falsa o engañosa.

Sus usuarios suelen confiar más en el entorno de la información online que en los medios tradicionales. Esto se debe a la estructura de las plataformas: la información proviene de amigos, conocidos y fuentes que resuenan con las creencias y valores del usuario. Dadas estas circunstancias, la información rara vez se evalúa críticamente. Los sesgos cognitivos en los que todos caemos de vez en cuando son los que permiten a los actores maliciosos manipular a las audiencias online y las innovaciones tecnológicas les facilitan la explotación de estos mecanismos.

La verdad de Schrödinger

Principales estrategias de desinformación

Suplantación

Suplantar la identidad de una persona u organización real imitando su apariencia, por ejemplo, posicionándose como una web de noticias legítima, pero sin las normas, control y ética periodística propias de un medio serio.

Contenidos emocionales

Contenidos que no son necesariamente «falsos» o «reales», sino que juegan deliberadamente con las emociones básicas de las personas, como el miedo, la ira o la empatía.

Polarización

La polarización implica intentos deliberados de ampliar la brecha entre cleavages políticos e ideológicos, alejando a la gente de posiciones moderadas.

Una técnica empleada con frecuencia es la “falsa amplificación”.

En muchas ocasiones, no es necesario crear una historia completamente falsa para conseguir un objetivo. En su lugar, también se pueden amplificar los agravios existentes y hacerlos parecer más comunes de lo que realmente son.

Teorías conspirativas

Las teorías conspirativas son propias de sites marginales de noticias online. Las conspiraciones pueden definirse como la creencia de que eventos inexplicados son orquestados por grupos u organizaciones encubiertas con intenciones siniestras.

Desacreditación de adversarios

Cuando las fuentes de noticias engañosas son acusadas de mentir o ejercer un mal periodismo, pueden desviar la atención de la acusación atacando la fuente de la crítica o negando que el problema exista.

Trolling

El trolling o curricán en castellano, es un término de pesca, que originalmente se refería al proceso de arrastrar lentamente un señuelo o anzuelo cebado desde la parte trasera de un barco de pesca. En Internet, significa provocar deliberadamente una respuesta usando un cebo.

Estrategias de desinformación. Esquema.
Elaborado a partir de: Greifeneder, Rainer, Mariela E. Jaffé, Eryn J. Newman, y Norbert Schwarz. 2020. The Psychology of Fake News Accepting, Sharing, and Correcting Misinformation. Taylor & Francis.

Todas las Redes Sociales comparten la misma vulnerabilidad: sus usuarios confían en el entorno online. Están rodeados de ‘amigos’ y sienten que tienen control sobre la información a la que acceden. Sin embargo, el umbral para la evaluación crítica de la información recibida es considerablemente menor que en los medios tradicionales. Esto significa que los actores interesados encuentran menos obstáculos en la ejecución de las campañas de desinformación.

Muchas de las tácticas susceptibles de ser aplicadas a las campañas de desinformación se basan en modelos empresariales estándar. Si los medios de comunicación social se utilizan en la guerra híbrida, la escalada desde el marketing de guerrilla a la guerra de guerrillas se convierte en una posibilidad tangible.

El enfoque publicitario de las plataformas sociales, que determina las elecciones y el perfil de los usuarios y consumidores potenciales, también puede utilizarse para influir en la opinión pública mediante una orientación diferenciada según el público y los objetivos perseguidos. Cuando se convierten en armas, estas plataformas legítimas son poderosos vehículos de desinformación.

Tanto las webs de medios de comunicación legítimos como los falsos utilizan los servicios de los medios sociales para proporcionar una funcionalidad adicional como el «like» o el «share» en la plataforma. Esto implica:

  • Las fuentes externas pueden rastrear qué plataformas de medios sociales usan sus visitantes a través del campo de referencia en el encabezado HTTP.
  • Las fuentes externas pueden rastrear su propio contenido compartido en las plataformas social media, junto con información sobre cualquier usuario que lo comparta. Lo que permite a terceros, o a cualquiera que utilice estos datos de terceros, apuntar a individuos específicos en los medios sociales.
  • Las empresas que proporcionan widgets en las plataformas sociales de forma gratuita suelen monetizar su uso recogiendo datos de los usuarios y vendiéndolos a terceros.

Además, varios de los servicios, identificados en diversos estudios, de terceros a medios sociales, incorporaban otros servicios de análisis web o publicitarios. Esto es preocupante, ya que, por ejemplo, permite a terceros adicionales recopilar información sobre los visitantes únicamente sobre la base de que compartieron un artículo en su perfil de Facebook.

Existen servicios capaces de cargar el contenido de varios otros servicios opacos de terceros, permitiéndoles colocar cookies en las máquinas de los usuarios y obtener datos como las direcciones IP, los nombres de usuario y los sitios que visitaron. Estos datos y cualquier información que se infiera de ellos puede emplearse para dirigirse a grupos de usuarios segmentándolos en función de sus intereses, su perfil demográfico, psicográfico y ubicación geográfica.

Al mismo tiempo, debido a la amplia interacción entre los sitios web y las Redes Sociales, los terceros presentes en estos falsos medios de comunicación pueden vincular a un visitante con una persona específica en línea y dirigirse a ellos individualmente con mucha más precisión y acierto.

Mentira, verdad y gama de grises entre ellas

La información engañosa rara vez es toda falsa. Para que la información distorsionada surta efecto, no debe revelar fácilmente su intención dolosa. Ha de parecer confiable para poder engañar al público objetivo de manera efectiva. Por eso, la desinformación suele administrarse en una mezcla de algo considerado verdadero; algo dudoso, retorcido, tergiversado e indocumentado, e información manifiestamente falsa.

La mezcolanza hace difícil falsar la información de forma concluyente, ya que puede haber algo de cierto en ella. Esto hace más fácil para el receptor asimilar la idea y formar o consolidar sus convicciones y creencias políticas relacionadas con la información. Cuando la desinformación tiene éxito, la consecuencia es que la formación de opiniones políticas y los votos emitidos no se basan en hechos reales sino en premisas dudosas.

De este modo se llega a la siguiente escala de calidad de la información, donde las aseveraciones verdaderas, una variedad de declaraciones engañosas y estrategias para socavar la verdad están en extremos opuestos, con todos los tonos de gris en medio.

Escala de calidad de la información

Elaborada a partir de: Hendricks, Vincent F., y Mads Vestergaard. 2019. Reality Lost Markets of Attention, Misinformation and Manipulation. Springer Open.

Redes Sociales y desinformación

Las Redes Sociales están diseñadas para que la gente conecte y comparta contenidos relevantes según su adscripción identitaria. Estas plataformas transmiten sensación de libertad, pertenencia y accesibilidad. Los individuos consideran que eligen en qué participan y se involucran, que sus decisiones no están siendo condicionadas, y que pueden elegir con quién conectar.

No obstante, al participar en lo que parece ser un entorno grupal amistoso y seguro, las personas también proporcionan a los propietarios y coordinadores de la plataforma una gran cantidad de valiosos datos sobre ellos mismos y sus relaciones. Ellos, y sus datos, se convierten en un producto que los administradores de la plataforma pueden vender. Esta combinación -un flujo de información a través de conexiones personales de «amigos» o «seguidores» y la disponibilidad de datos y metadatos valiosos y relevantes- hace que las Redes Sociales sean ideales para campañas que buscan difundir desinformación eficaz, culturalmente dirigida a las identidades sociales definidas como target.

Los usuarios, voluntaria o involuntariamente, transfieren sus datos, metadatos, navegación, variables psicográficas y relacionales de grano fino a las corporaciones a cambio de la posibilidad de conectar y compartir información. La mayoría de esta información puede ser fácilmente procesada para una segmentación publicitaria precisa y “on time”.

En esencia, el modelo de negocio de las plataformas sociales reside en ser redes publicitarias muy eficientes. Sus algoritmos tienen por objeto aumentar el engagement con el contenido y el tiempo de permanencia en la plataforma dirigiendo la atención a contenidos estimulantes personalizados y basados en emociones para un individuo, de forma que se ajusten a la visión del mundo de un usuario, su perfil socio demográfico, psicográfico, su ciclo de compra y el momento del día.

Las Redes Sociales elaboran perfiles de datos detallados sobre los usuarios, incluyendo datos de reconocimiento facial, información de localización, intereses, demografía, comportamientos y mapas de interacciones sociales. Al permitir la interactividad, puede cosechar la información que aportan las personas, el contenido específico que interesa y con el que se interactúan los usuarios y lo que hacen con ese contenido. Todos estos datos pueden utilizarse para adaptar y difundir la desinformación de manera eficaz. Las técnicas de Big Data permiten la abstracción de métricas específicas también de los metadatos dejados por los usuarios.

Teorías conspiratorias

Construimos teorías porque son explicaciones útiles de nuestras observaciones sobre la realidad.

Para Dolores Albarracín, las teorías conspiratorias como las difundidas por las «Fake News», establecen un doble vínculo en el que se nos dice que:

    1. creamos la información sobre la base de las pruebas y
    2. nos conformemos con una verificación imperfecta porque las pruebas han sido encubiertas.

Debido a este doble vínculo, las teorías conspiranoicas proponen una pseudorrealidad que es plausible o casi científica, mientras que mantiene el atractivo del pensamiento mágico y anticipa que la verdad nunca puede salir a la luz.

Las teorías conspirativas contienen un poderoso mecanismo que inocula a su público objetivo contra posibles ataques a la veracidad de la teoría: inculcar la desconfianza en la información procedente de fuentes externas. Estas estructuras de creencias son poderosas y resistentes a la verificación.

Albarracín expone un modelo que describe cómo los argumentos conspirativos y la desinformación relacionada se tornan plausibles e infalsables para su público objetivo gracias a sus necesidades de conocimiento, defensa del ego e integración social.

La motivación del conocimiento consiste en la tendencia a formar representaciones precisas y completas del mundo. La motivación de la defensa del ego tiene como objetivo la defensa ante sentimientos y emociones desagradables como el miedo. La motivación de integración social cumple con el objetivo de llevarse bien con los demás y ser valorado por ellos.

Una teoría conspirativa necesita satisfacer las tres necesidades-motivaciones anteriores para resultar seductora y convincente a su público objetivo. Estas teorías conspirativas suelen encontrarse en el punto medio entre la verificabilidad y la no verificabilidad. Son lo suficientemente cercanas a lo verificable como para ser plausibles (recurriendo también a mezclar hábilmente mentiras y verdades), pero también lo suficientemente no verificables como para hacerlo.

Además del conocimiento, nos impulsa la defensa de nuestro ego, con el objetivo de proteger al “yo” (self) de sentimientos desagradables, como la frustración, la vergüenza o la tristeza que pueden derivarse de comportarse de manera incompetente o socialmente reprochable. Las personas acomodamos nuestras creencias a nuestra necesidad psicológica de auto potenciamiento y refuerzo.

El “Umbral de Confianza” deseado por el receptor determina su grado y clase de activación cognitiva. Un nivel de confianza deseado relativamente bajo, conduce a la activación del elemento desinformativo y a procesos de razonamiento rudimentarios. Un nivel más alto de confianza deseada, hará que el individuo se involucre en un razonamiento analítico más profundo respecto a la veracidad de la información, hasta alcanzar el umbral de confianza deseado.

Cuando se busca el conocimiento, el procesamiento superior produce una comprensión más completa e imparcial. Sin embargo, cuando se busca la defensa del ego, el procesamiento superior simplemente racionaliza una conclusión deseada.

Los individuos se esfuerzan por integrarse socialmente, y esta necesidad también influye en sus creencias. Muchas creencias conspirativas (también muchos enfoques científicos), crean conexiones sociales automáticas con una comunidad de compañeros creyentes.

Los conocimientos, las creencias y las actitudes desempeñan una serie de funciones clave, entre ellas la representación de la realidad, la comprensión de las características objetivas del mundo y la comparación de esas características con las normas subjetivas. Formamos creencias cuando necesitamos predecir lo desconocido para alcanzar una meta.

Las personas tenemos tendencia a percibir y crear patrones, vivimos en un entorno incierto y necesitamos reducir la incertidumbre. Las teorías conspirativas aprovechan estas tendencias para inocular falsedades en la mente del público objetivo ofreciendo respuestas y esquemas simples, de fácil comprensión y alta accesibilidad cognitiva coherente con los valores de grupo.

Para Robert Brotherton, las teorías conspirativas pueden satisfacer motivaciones epistémicas que nos hacen sentir que poseemos la comprensión y el control de nuestras circunstancias mediante la identificación de patrones subjetivamente significativos en el entorno informativo. Esta tendencia a buscar patrones puede ser particularmente pronunciada cuando sentimos una falta de control sobre nuestras circunstancias (o, dicho de otro modo, esta motivación puede ser relativamente menos pronunciada cuando se refuerza nuestro sentido de control).

Las teorías de la conspiración y otras formas de desinformación pueden ser exacerbadas por el moderno entorno informativo. Internet proporciona acceso instantáneo a información prácticamente ilimitada. Esto puede servir como materia prima para mentes en busca de patrones. La velocidad a la que las ideas fluyen a través de las redes sociales puede fomentar el pensamiento rápido e intuitivo en lugar de un análisis desapasionado y objetivo más lento. Por lo tanto, la abundancia de información puede no dejarnos mejor informados. Con tantos puntos a nuestro alcance, el número de formas en que pueden conectarse está limitado sólo por nuestra imaginación.

Fuentes consultadas

  • Albarracín, Dolores. 2020. «Conspiracy Beliefs. Knowledge, Ego Defense, and Social Integration in the Processing of Fake News». Pp. 196-219 en The Psychology of Fake News Accepting, Sharing, and Correcting Misinformation. Taylor & Francis.
  • Anón. s. f. «Deepfakes – Primer and Forecast | StratCom». Recuperado 19 de septiembre de 2020a (https://www.stratcomcoe.org/deepfakes-primer-and-forecast).
  • Anón. s. f. «Digital Hydra: Security Implications of False Information Online | StratCom». Recuperado 19 de septiembre de 2020b (https://www.stratcomcoe.org/digital-hydra-security-implications-false-information-online).
  • Brotherton, Robert. s. f. «The Psychology of Conspiracy Theories: The Role of Pattern Perception». Pp. 3-15 en DRUMS Distortions, Rumours, Untruths, Misinformation, and Smears. World Scientific.
  • Greifeneder, Rainer, Mariela E. Jaffé, Eryn J. Newman, y Norbert Schwarz. 2020. The Psychology of Fake News Accepting, Sharing, and Correcting Misinformation. Taylor & Francis.
  • Hendricks, Vincent F., y Mads Vestergaard. 2019. Reality Lost Markets of Attention, Misinformation and Manipulation. Springer Open.
  • van der Linden, Sander, y Jon Roozenbeek. 2020. «Psychological Inoculation Against Fake News». Pp. 147-69 en The Psychology of Fake News Accepting, Sharing, and Correcting Misinformation. Taylor & Francis.
  • Oyserman, Daphna, y Andrew Dawson. 2020. «Your Fake News, Our Facts Identity-Based Motivation Shapes What We Believe, Share, and Accept». en The Psychology of Fake News Accepting, Sharing, and Correcting Misinformation. Taylor & Francis.
Rodrigo del Olmo. Estratega de contenidos. Foto.

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